Como evitar que la apariencia física se convierta en lo que somos
Diversos autores especializados en la temática adolescente, sostienen como un hecho real que para los jóvenes el aspecto corporal adquiere una gran importancia. Consecuentemente las características físicas juegan un papel influyente al momento de realizar una evaluación sobre sí mismos y los otros, es por esto que frecuentemente el grado de popularidad de un adolescente en distintos ámbitos está asociado con qué tan cercano a los estereotipos culturales de belleza se encuentra. En muchos casos los adolescentes poco conformes con sus cuerpos tienden a ser víctimas de agresión con mayor frecuencia que aquellos más satisfechos.
La preocupación por la apariencia, el atractivo o la belleza física que, como adultos, podemos encontrar algunas veces exagerada y molesta es hasta cierto grado normal y se debe a que la adolescencia es un periodo especialmente susceptible para la conformación y la aceptación de la imagen corporal, es decir, la manera en que se percibe dinámicamente el cuerpo: cómo se ve, se mueve y se siente.
Algunos adolescentes quieren cumplir y alcanzar el ideal de belleza, obsesionándose con la imagen popularizada como la que deben mostrar, realizando una comparación con la proyectada por los medios, los cuales presentan una imagen delgada, bella, agraciada, admirable, reduciendo ésta a un perfil meramente anclado en lo estético.
Puesto que la conciencia que tienen de sí los adolescentes es particularmente angustiosa, la crítica excesiva de los padres respecto a la apariencia, la alimentación y la actividad física de sus hijos puede contribuir a incrementar en ellos las preocupaciones por la imagen corporal y hacerlos recurrir a métodos poco saludables para cambiarla, como dietas constantes, ejercicio físico sin moderación o el uso de pastillas adelgazantes, entre otros.
En ocasiones, algunos adultos sucumben a los estereotipos de belleza, a pesar de ello, la meta como padres en la adolescencia no sería alentar la musculatura y la fuerza física en su hijo así como la conservación de una figura esbelta y linda en su hija, al contrario debería ser ayudar a los mismos a experimentar una imagen corporal saludable, más allá de las formas de sus cuerpos.
Es necesario que los adultos se informen de manera precisa acerca de la alimentación saludable y los efectos que los medios, la sociedad, la cultura, los pares y la familia tienen sobre la imagen corporal. Desde una edad temprana, ayudar a los adolescentes a entender la diversidad que poseen los cuerpos (formas, tallas, etc.), el mensaje de que cada uno es diferente debe ser claro y sin prejuicios.
Para cultivar una imagen corporal saludable, los adolescentes necesitan desarrollar habilidades que les ayuden a navegar a través de todos los mensajes que escuchan y ven con relación a la imagen corporal, apariencia y alimentación.
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